Triangulando el ataque contra Hamás: Catar (IIA)
Geopolítica del marketing
Breve resumen
En mi crónica anterior (17-09-25) historié algunos hechos que advierten la estrecha relación entre la monarquía catarí y el movimiento de resistencia de Palestina, Hamás. Me referí igualmente a los estrechos lazos y acuerdos existentes entre esa monarquía y el gobierno estadounidense en el orden militar y de seguridad. Esto, para garantizar la presencia imperial en Oriente Medio; el control del Golfo y de sus monarquías, y hacer la guerra a cuanto infeliz se cruce o dificulte la expansión de sus “intereses” estratégicos en la región. Me referí igualmente, a las relaciones entre Catar y las monarquías del Golfo. En especial con Arabia Saudita que lleva el bastón de mando.
El peso de los condicionamientos
En este contexto, hay que subrayar que los condicionamientos para un actuar soberano e independiente de Catar, como de cualquiera de las otras monarquías árabes, pasa no sólo por la dependencia militar y de seguridad respecto de EEUU. Esto significa una amenaza constante, teniendo en cuenta el enorme desplazamiento bélico estadounidense en su base militar en Doha (Catar). Pero, hay que compaginarlo con las finanzas, las inversiones y los negocios en los que la monarquía catarí y, en general, todas las monarquías, están metidas con EEUU. Tanto en sus propios territorios, como en el territorio del hegemón en decadencia. Negocios que, en el tiempo actual, no sólo está implicada la administración Trump sino, también, su propia Organización familiar. ¿Conflicto de intereses? Esto nunca le fue ajeno al señor Trump en su larga trayectoria empresarial. Y ahora, no es algo que lo sorprenda ni preocupe. Si antes era el dinero, hoy es, dinero y poder. Por razones de extensión, sólo resumiré los negocios e inversiones USA-monarquía catarí y los de la Organización Trump con la Dinastía Al-Tani. Sumados devienen en razones más que suficientes para “mirar de costado” frente a hechos como el ataque israelí en Doha que ha motivado mis crónicas. Esos condicionamientos vienen de lejos. Primero, como ya se vio, con la financiación de la Base Militar USA Al Udeid en su instalación; su ampliación en 2001 para la guerra contra Afganistán y la invasión de Irak; luego para la guerra contra Siria; en 2018 para la finta USA contra el Estado Islámico y, últimamente, para su modernización. Según la monarquía catarí, con el propósito de demostrar la “disposición de colaboración” de Catar con EEUU frente a la de sus dos socios estratégicos en la región: Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos (EAU) con los cuales, Catar no tiene los mejores vínculos. Segundo, están las inversiones y los negocios que se remiten al primer mandato del presidente Trump, cuando la relación empezó a profundizarse hasta alcanzar, actualmente, proporcionalidad exponencial.
Avión de regalo
Y no sólo se trata del avión que el monarca catarí de este país “obsequió” a Trump. Avión que estuvo a la venta bastante tiempo sin conseguir comprador hasta que lo vio Trump y fue “amor a primera vista” según sus adláteres. Ahora está siendo refaccionado para ponerlo en condiciones de seguridad y ataque tal como exigen los protocolos para un avión “air force one” presidencial. De acuerdo con la Constitución USA en su artículo o cláusula referida a “emolumentos” ni el presidente ni autoridad alguna puede recibir regalos o pagos mientras esté en funciones. Tiene que tener autorización del Congreso. Todo eso, más la aprobación de sus generales y secretarios pasó el tal avioncito: un Boeing 747-8, de 400 millones de dólares.
“Hoja Informativa de la Casa Blanca”
No se trata del avión que, en todo caso, es una muestra de cuán estrecha es la relación entre Trump y el emir de Catar, Tamim bin Hamad Al Thani. La dinastía Al-Thani ha gobernado Catar desde su fundación, el 03 de septiembre de 1971. Tiene 11 miembros que ostentan el título de Emir. El patrimonio neto de la familia real catarí supera los 335 mil millones de dólares, según Bloomberg. Esto la convierte en una de las dinastías más ricas del mundo. Las inversiones cataríes que pasan por la administración Trump fueron dadas a conocer a través de la Hoja Informativa de la Casa Blanca del 14 de mayo 2025. Estaba en su portal hasta hace unos días. Ahora ya no figura. En esa hoja se leía: “Hoy en Catar, el presidente Donald J. Trump firmó un acuerdo con Catar para generar un intercambio económico de al menos 1,2 billones de dólares…El presidente Trump también anunció acuerdos económicos por un total de más de 243.500 millones de dólares entre Estados Unidos y Catar, incluyendo una histórica venta de aviones Boeing y motores de GE Aerospace a Qatar Airways.
La triple alianza
Las inversiones y negocios que vinculan a las dos familias (catarí y estadounidense) pasan por la triple alianza entre tres poderosos promotores inmobiliarios: Qatarí Diar, Dar Global y la Organización Trump del presidente USA. La acción de estas inmobiliarias rebasa las fronteras de sus respectivos países. Catar, Arabia Saudí y EEUU, respectivamente. También los desencuentros entre Catar y Arabia Saudita. Catari Diar es una empresa de desarrollo inmobiliario propiedad exclusiva del gobierno de Catar a través de su fondo soberano, la Autoridad de Inversiones de Qatar (QIA), establecida en 2005 para apoyar la economía del país mediante inversiones y desarrollo inmobiliario a nivel mundial. DarGlobal nació en Arabia Saudita y representa al Reino en el escenario mundial. Cotiza en la Bolsa de Valores de Londres. Aquí tiene su sede. Es la filial internacional de la firma inmobiliaria saudí Dar Al Arkan. Dar Al Arkan, la empresa matriz de Dar Global, tiene 7.500 millones de dólares en proyectos en desarrollo en Omán, Qatar, España, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y el Reino Unido. Está vinculada con la Organización Trump para los mega proyectos de inversión que tiene la familia Trump en Oriente Medio. Los cuales fueron visitados en la gira que hizo el presidente en mayo del presente año 2025, a fin de verificar sus avances. Trump Organization (OT), propiedad de Donald Trump, es un conglomerado con alrededor de 250 afiliados que invierte principalmente en bienes raíces de lujo, como rascacielos, hoteles y campos de golf. En Catar, conjuntamente con Qatari Diar y DarGlobal lanzaron este año el proyecto “Trump International Golf Club and Villas al Simaisma”. Costo: 5 mil quinientos millones de dólares. Está dirigido por Qatari Diar, y está diseñado como “un mega distrito turístico de entretenimiento de 7 km de longitud, anclado por un campo de golf de 18 hoyos y un parque temático Land of Legends”. La OT tiene una gran presencia en el Golfo y sus vínculos con las principales monarquías se sustentan en multimillonarios proyectos de inversión. En alguna oportunidad volveré sobre esto. Lo que importa ahora es dejar establecido que la monarquía catarí no es “sólo parte del problema árabe” por sus relaciones con Hamás. Es, también, parte del problema que la Casa Blanca tiene con sus inversiones. No voy a detallar los pormenores del acuerdo billonario por no ser éste el motivo de esta crónica. Quede sentado que la relación USA-Catar que abarca lo militar y lo económico-financiero (involucrando billones y centenas de miles de millones de dólares), advierte la oportunidad para cualquier presión a la espera de una respuesta convincente o conveniente. No importa mirando de costado. Bien vale una cena en palacio de gobierno para bendecir las relaciones, calmar los ánimos de fuera, y que sigan los “bisnes”. Es lo que llaman “geopolítica del marketing”.
Mañana, Parte IV: Israel.