La pregunta suena no sólo absurda, sino, ingenua. Porque en EEUU gobierna y manda el “poder profundo” que lo integran los clanes de la industria bélica, los “filántropos” de los genocidios, los descendientes de las dinastías judeo-masónicas- a los que se han sumado, en el presente siglo, los señores feudales de las “big tecnologías”. La pregunta bien hecha es, por tanto: ¿Quién lleva la voz cantante en la administración de los intereses del “poder profundo”: Trump o Vance? Si es este último, como parece advertirse de sus recientes declaraciones sobre Ucrania, algo puede estar cocinándose en las élites del “poder profundo” contra el mercader y publicista que ocupa la “casa blanca” del terror. Sin que mayormente le importe, con tal de asegurar los intereses de su “organización familiar”. A lo que voy es que a lo que el mercader había dicho refiriéndose al posible “acuerdo” sobre la paz entre Rusia y Ucrania. Kiev no tenía otra alternativa que aceptar la demarcación territorial que la Federación Rusa tiene desde 2014 que incluye los territorios del Donbás, cuyos habitantes, ruso parlantes, decidieron pertenecer a la Federación. Lo que les valió 8 años de bombardeos y matanzas con el apoyo de EEUU y sus vasallos europeos y el aval de la ONU. Incluso, adelantó, “y algo más”. Ahora resulta que Vance, el vicepresidente de turno sale a enmendarle la plana diciendo: “Los ucranianos serán quienes finalmente tomarán la decisión de dónde trazar las fronteras territoriales de su propio país”. Agregando que EE.UU. (vale decir Trump) únicamente ejerce el papel de mediador en el conflicto y no tiene la intención de “forzar” a alguna de las partes. “Si los ucranianos quieren decir algo sobre el territorio que ponga fin al conflicto, no los detendremos…Trump, lo único que puede hacer es abrir la puerta y pedirles que negocien de buena fe… no va a obligar a estas partes a pasar por la puerta”.