Trump El de siempre (XIV)
“Locura” e impredecibilidad
Tratándose de lo que los presidentes estadounidenses dicen, obedeciendo a las élites del “poder profundo”, nunca perderá vigencia aquella sentencia del “Che” Guevara, comandante de la revolución cubana: “A los yanquis no se les puede creer ni un tantico…Nada”. No hay excepción a la regla, a no ser, porque algunos, a la mentira genética heredada de sus antepasados invasores del territorio norteamericano, se agrega un soterrado nazismo que se autoproclama de locura. La gobernanza estadounidense se sostiene, desde siempre, en la mentira, la locura y la impredecibilidad. Éstas, son parte constitutiva de su pregonada “excepcionalidad”.
El caso de Trump
Trump con sus cambios de opinión según se acomode a lo que él considera “el momento oportuno” ha hecho, de esos adjetivos, “verbos” de su accionar político contradictorio y errático. Sus “ideas, declaraciones y acciones son incompatibles entre sí, carentes de consistencia alguna; al propio tiempo que huérfanas de previsibilidad sobre sus consecuencias. El gobierno de Trump está preñado de políticas centralizadas en la persona de quien cree ser un líder indiscutible al que nadie puede discutir, pero al que todos deben temer y obedecer. Creo que ni siquiera Nixon, uno de los ex-presidente a quien admira y dice seguir, imaginó tal desproporción en asuntos de política interna y mucho menos en política exterior. Trump ha hecho de sus in-promptus sobre políticas, motivaciones centrales de su ponerogénico temperamento. Lo subrayo; porque, en este caso, no se puede hablar de personalidad, habida cuenta, ésta supone no sólo las predisposiciones bio-genéticas del temperamento que se manifiestan en respuestas automáticas a lo que me dicta el instinto, sino en respuestas que se configuran a través de los aprendizajes, los conocimientos y los valores adquiridos en el entorno cultural de la formación de cada quien. Cosa bastante ajena en quienes han demostrado y demuestran pensamientos, sentimientos y comportamientos inmodificables a través del tiempo y la evolución de los acontecimientos geopolíticos de las dos últimas décadas. Trump ha hecho de su alardeada “locura” una táctica para el uso político amedrentador y destructivo. Asumida como “el estilo” del presidente, la administración trumpiana la ha convertido en una doctrina. Y cada uno de sus integrantes es un “autoconvencido” que ese es el proceder que devolverá a EEUU la “grandeza” que, también por autoconvencimiento, se han impuesto como realidad.
Breve recuento de in-promptus trumpianos
1) Durante su reciente reunión con el primer ministro sionista israelí, Benjamín Netanyahu, en la Casa Blanca, Trump anunció: "Vamos a enviar más armas a Ucrania. Tienen que ser capaces de defenderse. Están siendo atacados muy duramente ahora mismo. Tenemos que mandar más armas defensivas”. En conversación telefónica con su comediante ucraniano prometió el envío de 10 misiles interceptores Patriot. Se sabe, sin embargo, que EE.UU. solo tiene el 25 % de los misiles Patriot que necesita para sus planes militares. La revisión de sus reservas fue la que llevó a concluir que Washington tenía que evaluar su disponibilidad antes de comprometerse a mayores envíos. Por esto, importa poco, si fue una decisión suya o de su secretario de defensa que “se mandó la parte” por su cuenta y riesgo. Lo real es que días antes, se había anunciado que EEUU suspendía el envío de determinado tipo de armas a Kiev. Cosa que en el Kremlin pusieron en entredicho; a sabiendas que lo que Kiev hace, responde a una pretendida guerra de desgaste de la OTAN manejada por Estados Unidos. Y es que Ucrania no es más que el caballito de batalla en la estrategia euro-estadounidense-israelí para intentar desmembrar la Federación Rusa en procura de dominar “el pivote” geoestratégico de la tierra y del objetivo final de sus guerras que es, cercar a China y acabar con la influencia y la acción de las dos superpotencias en África, Oriente Medio, Asia y América latina. Los bombardeos estadounidenses-israelíes contra Irán responden al mismo despropósito. (Sobre esto volveré en una crónica aparte). Con relación al envío de armas, Moscú advirtió: “Es evidente que los envíos continúan, según lo tenemos entendido. Es evidente que los europeos también activamente llenan de armas a Ucrania, y es evidente que estas acciones no se enmarcan en los intentos de promover una solución pacífica”. Quizás, por esto, sirva cotejar algunas veleidades trumpianas más, con relación a Ucrania. Trump, dice estar hoy frustrado con Putin. Hace un tiempo lo estuvo con Zelensky y hace unos días celebró su conversación con el comediante. En abril 2025, dijo: “Creo que le estoy haciendo un gran favor a Ucrania. Lo creo”. Y recordó que fue él quien suministro al régimen de Kiev misiles Javelin y que esa fue una de las razones por las que el conflicto ucraniano continuó. Agregando, “Es una lástima que continuara, porque ha muerto mucha gente…Creo que esa nación será derrotada muy pronto”. Antes, en marzo de 2023, Trump prometió poner fin al conflicto ucraniano en 24 horas. “Es una negociación muy fácil de llevar a cabo. Lo resolveré en un día, lograré la paz entre ellos” afirmó. En marzo de este año dijo: “Bueno, estaba siendo un poco sarcástico cuando dije eso”. Al respecto, su enviado especial para Ucrania, Keith Kellogg, se burló de aquella declaración. “El presidente dijo que iba a poner fin a la guerra en 24 horas, pero no dijo qué día ni qué año”. Conviene recordar, igualmente que, admitiendo la posibilidad de no poder lograr acuerdo alguno, Trump dijo: “Bueno, llegará un momento en el que diré: vale, sigan así, sigan siendo estúpidos”. Para los entendidos, la política exterior de Trump está impregnada de una “ambigüedad estratégica intencionada” mientras otros afirman que el actual mandatario “se deja llevar por sus emociones”. Ilustra esto lo que dijo John Bolton, ex-consejero de seguridad nacional durante su primer mandato: “Hay un viejo dicho sobre el clima de Washington que se aplica a Trump: Si no te gusta el clima, espera un minuto y cambiará…Esa es la única certeza en el mundo de Trump”. Tras el desencuentro entre Trump, sus secretarios y su vice-presidente, con Zelensky en el “despacho oval” en la Casa Blanca, Trump dijo: “Es más fácil tratar con Putin que con Zelenski… Todo lo que sale de su boca causa problemas, no me gusta, y será mejor que pare”. En esa ocasión, durante una entrevista con un periodista dijo que confiaba en Putin y que, por lo tanto, no quería imponer sanciones contra Rusia”. Hoy, ante el reiterado propósito de Rusia de eliminar las causas fundamentales del conflicto ucraniano y llegar a un acuerdo integral y no sólo a un alto el fuego temporal, Trump ha cambiado totalmente en sus percepciones respecto al presidente Putin. Antes (fines de mayo de este año) había dicho: “De lo que no se da cuenta Vladímir Putin es de que, si no fuera por mí, a Rusia ya le habrían pasado muchas cosas realmente malas, y me refiero a realmente malas. Está jugando con fuego”. Y el martes pasado, 08 de julio, declaró: “Estoy muy decepcionado con la conversación que he mantenido hoy con el presidente Putin… la resolución del conflicto resultó ser más difícil de lo que pensaba al principio” […] “Putin nos echa mucha mierda. Si quieres saber la verdad, él es muy amable todo el tiempo, pero resulta que no tiene relevancia”. Al preguntársele sobre las medidas que podría tomar Washington contra Moscú respondió: “No se lo diría. ¿No queremos que haya una pequeña sorpresa?” Agregando que está estudiando “fuertemente” introducir nuevas sanciones contra Moscú. “Los senadores están aprobando un proyecto de ley de sanciones muy duro. Lo estoy considerando”, agregó. Aludía al proyecto de ley presentado por su aliado el legislador republicano Lindsey Graham de Carolina del Sur que prevé un arancel del 500 % a los países que compren petróleo y uranio rusos. Ley que el presidente sólo puede suspender por 180 días; pero, Trump, ha dicho que la aprobará sólo si se le otorga a él la autoridad exclusiva para supervisar su aplicación. Esto es, que se le otorgue libertad absoluta para levantar totalmente las restricciones para que el Congreso no tenga poder para cuestionar a Trump en caso de que éste decida poner fin a las sanciones. En cualquier caso, y para no aburrirlo, Trump ha anunciado que este lunes 14 de julio tiene previsto realizar un “importante anuncio” sobre Rusia. Veremos de qué se trata. Mañana, más in-promptus.