El factor “sorpresa” del que empecé a ocuparme en mi crónica anterior -al dar cuenta de las guerras y asesinatos para la expansión territorial del “Estado” judeosionista-israelí en la región-, respondió a un exhaustivo y meticuloso trabajo de inteligencia, espionaje e infiltración. De esto se encargaron tres de las agencias “privilegiadas” en estos menesteres: el M-16, inglés, la CIA estadounidense y el Mossad israelí. Hay que recordar que los judeo-sionistas israelíes, de origen europeo y no hebreo ni semita, justifican su expansionismo, guerras y exterminios en el “mandato divino” que habrían recibido de Dios para apropiarse de los territorios, que no les pertenecen, “desde el Eufrates hasta en Nilo”. Esto, para la construcción de su pueblo a la espera de su segunda llegada. Hoy proseguiré con otros hechos que respondieron y responden al factor “sorpresa” y que han servido para perpetrar los más terribles genocidios contra las los altos mando del “Eje de la Resistencia” iraní.

Lo que dice Sun Tzu

Glosaré algunas ideas sobre el factor “sorpresa” tomando como referencia la obra “El arte de la Guerra” del estratega y filósofo chino Sun Tzu (500 AC). Creo que es importante para entender el estado de las fuerzas del “Eje” después de los bombardeos y magnicidios. El “factor sorpresa, dice, no es un elemento aislado, sino que es parte inherente de una estrategia de guerra basada en el “engaño” y en el ataque inesperado, usando la rapidez. Sirve para desorganizar al enemigo; desmoraliza, mina la resistencia, pudiendo hacerla ineficaz. Mantiene en la incertidumbre; obliga a dispersar fuerzas para defenderse; debilita. La sorpresa impide los suministros. En la guerra, dice Sun Tzu, hay dos tipos de ataques: el directo (ortodoxo) y el sorpresivo (heterodoxo). Cada una con múltiples variantes, “como un círculo sin principio ni fin”. La “inteligencia” es definitiva en la elección. El “factor sorpresa” no es solo un truco; es una estrategia a través del engaño, la adaptabilidad, la rapidez y el conocimiento del enemigo.

“Eje de la Resistencia”: Qasem Soleimani

Impulsado por Irán, le cupo papel relevante en su constitución al comandante Qasem Soleimani a quién Trump mandó asesinar el 03 de enero del 2020 cerca del Aeropuerto Internacional de Bagdad, en Irak, violando la integridad y soberanía de este país. Soleimani era comandante de la “Fuerza Quds” encargada de las operaciones militares en el extranjero del “Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, IRGC”. Soleimani fue el arquitecto de la estrategia de Irán para construir y expandir el “Eje de la Resistencia”. Transformó a sus aliados en una fuerza coherente y efectiva. Fue el cerebro detrás de la expansión geopolítica y militar de Irán en la región. Logró crear un “arco de influencia” que rodeara a Israel y contrarrestara el poder estadounidense, utilizando para esto apoderados y aliados. Fue el principal contacto y el rostro de confianza de Irán para los líderes de las fuerzas integrantes del “Eje”: Hezbolá en el Líbano, las milicias chiíes en Irak, el movimiento Ansarolá, conocido como los "Hutíes" en Yemen; las milicias Hamás y la Yihad Islámica en Palestina. La “Fuerza Quds” fue responsable de proporcionar entrenamiento militar avanzado, armamento (incluyendo misiles y tecnología de drones), inteligencia y asistencia logística a estos grupos convirtiéndose en fuerzas militares activas y bien equipadas. Soleimani fue el teórico y práctico de las “Tácticas de Guerra Asimétrica”. Perfeccionó la doctrina de la “defensa avanzada” de Irán, que implica el uso de medios indirectos para desafiar a adversarios como Estados Unidos e Israel sin recurrir a un enfrentamiento militar directo a gran escala. Esta estrategia se basó en el empoderamiento de actores no estatales para que actuaran como frentes de resistencia. Con su muerte y las crisis internas en Irán por la corrupción, el desempleo juvenil, el descontento de las mujeres, la avanzada edad de la oficialidad superior y las sanciones impuestas por EEUU, la ONU y la Unión Europea (UE), mucho de lo alcanzado por Soleimani ha sufrido mermas bastante sentidas.

Hezbolá en el Líbano; Milicias Chiíes en Irak

El “Eje de la Resistencia” cumplió un rol importante en el enfrentamiento con Israel, financiado y armado por EEUU, y su genocidio contra el pueblo palestino de Gaza.1) Hezbolá, en el Líbano contra la invasión israelí hasta el martirio de sus principales líderes y la “guerra de los vípers”. Esta consistió en detonar, por control remoto, miles de vípers o “buscapersonas” a los que se les incorporó material explosivo en algún punto de la cadena de suministro. Los vípers, utilizados por miembros de Hezbolá en Líbano y Siria, explotaron de forma casi simultánea. Eran el medio de comunicación utilizado por los integrantes de Hezbolá para evitar el uso de teléfonos móviles que pudieran ser rastreados por Israel. Se trató de una operación instrumentada por la CIA estadounidense y el Mossad israelí. 2) Milicias Chiíes en Irak para la resistencia en Irak desde la invasión estadounidense en 2003 hasta hoy. La invasión del 2003 llamada, “Operación Libertad”, formó parte de la “Guerra contra el Terrorismo” del ex-presidente George Bush orientada a desaparecer del mapa a los tres países identificados como el “Eje del Mal”: Irak, Irán, Corea del Norte a los que luego agregaron Cuba, Libia y Siria e, incluso, Bielorrusia, Myanmar y Zimbabue. Países, todos, actualmente invadidos, destruidos, fragmentados, “sancionados”, bloqueados y en una “guerra sin fin” mantenida por Estados Unidos y sus vasallos y fuerzas mercenarias como al-Qaeda cuyo líder terrorista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) gobierna actualmente Siria con el nombre de Ahmed al-Sharaa. Éste fue el jefe del Frente al-Nusra, un grupo yihadista, integrante de al-Qaeda de Osama Bin Laden a quien EEUU culpó del atentado contra la Torres Gemelas en 2001. Haciendo historia, diré que al-Qaeda fue un movimiento creado por EEUU para enfrentar a la Unión Soviética en Afganistán en la década de los 80 del siglo pasado. Fue el antecedente del “Estado Islámico de Irak y Siria” (ISIS) conocido también como Daesh de manufactura igualmente estadounidense. Aquí me permitiré una digresión necesaria para entender cómo los intereses geoestratégicos y políticos del “poder profundo” estadounidense se vertebran con los intereses personales y familiares de sus presidentes y altos funcionarios de sus respectivas administraciones. Volveré con el “Eje de la Resistencia” en la próxima entrega.

Digresión

Tal como hoy ocurre en las dinastías monárquicas árabes (Arabia Saudita, Qatar, Omán, Emiratos Árabes Unidos) donde la “Organización Trump” tiene grandes inversiones y negocios; o los Biden en Ucrania, la familia Bin Laden, una de las más ricas de Arabia Saudita y dueños del Saudi Binladin Group, dedicado a las inversiones y la industria de construcción, estuvieron íntimamente conectados en los negocios y las inversiones de la familia Bush durante y después del ejercicio de sus mandatos. George W. Bush (hijo) fundó la primera empresa petrolera y gasífera “Arbusto Energy”. Su padre, conjuntamente con los Bin Laden, se benefició de las inversiones que “The Carlyle Group”, una de las firmas de capital privado más grandes del mundo, en inversiones en defensa y tecnología, hizo en Arabia Saudita. Igual lo hicieron otros ex-funcionarios de alto nivel de la administración Bush, como James A. Baker III (ex secretario de Estado) y Frank Carlucci (ex secretario de Defensa). Todas las transacciones se hicieron a través Saudi Binladin Group.