USAID es, sin lugar a dudas, el tenebroso aparato del Departamento de Estado de los Estados Unidos para el espionaje, la sedición y el terrorismo. Salvo raras excepciones actuó solo. Siempre lo hizo conjuntamente con la CIA, la DEA, el FBI, la Fundación para el Desarrollo de la Democracia (NED) y su filial el Centro International para el Desarrollo de la Empresa Privada (CIPE); el Instituto Internacional Republicano (IRI); el Instituto Internacional Demócrata (NDI); las Casas de la Libertad (Freedom House), los Comandos Integrados USA en los cinco continentes; y demás instituciones vinculadas al aparato de Seguridad Nacional Estadounidense, sin dejar de lado a las Embajadas USA en todo el mundo. Actuó igualmente, formando parte de la siniestra trilogía financiarizadora de la ONU (FMI, BM, BID) y de sus organizaciones, fondos, programas y ONGs (UNESCO, UNICEF, OMC, OMS, ONU-Hábitat, Programa para los Asentamientos Humanos, Programa Mundial de Alimentos, PNUD, PNUMA, UNFPA, ACNUDH, ACNUR, ITC, ONU-Mujeres, ONU-SIDA, UNCTAD, UNRWA para Palestina; el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), por citar sólo unos pocos. También actuó de la mano con los principales think-tanks para “pensamiento” demócrata, conservador y libertario USA. Sobre esto existe abundante información en libros, revistas, artículos periodísticos, internet y redes sociales. En el primer capítulo de mi libro sobre el Nuevo Orden Mundial Capitalista Estadounidense después de la II GM publicado en 2012 (ISBN 978-3-8484-7058-7), inventarié lo que es la Institucionalidad USA para la sedición y el terror. Igual en mis artículos “Esta es la USAID: ¿Qué les parece? publicados en diversas plataformas digitales di cuenta de cómo opera esta institución a nivel mundial y en el Perú en particular. De sus financiamientos a nivel de los poderes del Estado; las elecciones; la educación; los medios de información (prensa escrita, radio, televisión, internet); a candidatos y partidos políticos; a miles de ONGs para la democracia, los derechos humanos, la libertad de prensa, la ideología de género, la diversidad LGBTQ, el feminismo y otras tantas “problemáticas” para la libertad. El arañazo trumpista rasga sólo la superficie de lo que es, en realidad, el aparato para el espionaje, el intervencionismo, la injerencia, el chantaje, los golpes de estado, las invasiones, las guerras y el terror a nivel planetario.