Por qué Palestina

Dos eran las alternativas: Argentina y Palestina. La elección de esta última satisfacía una exigencia geopolítica estratégica, habida cuenta América latina era ya el patio trasero de Estados Unidos. Ocupar Palestina significaba: Acelerar la desestabilización financiera de Turquía y acabar con los árabes. Constituir a Israel en un “baluarte” contra el Islam. Hacer del sionismo un aparato de la barbarie contra la cultura.

Respecto a los “lugares santos” de la cristiandad, Herlz sostenía que se podría encontrar una forma de “aislarlos del territorio” reservándose los sionistas el derecho de ser su “guardia de honor”. El sionismo se planteaba, no sólo como la solución del “problema judío después de dieciocho siglos llenos de sufrimiento”, sino como la solución a la existencia de las tres religiones monoteístas.

Una vez en el poder, lo que hicieron las élites sionisto-israelíes fue consolidar el proceso de usurpación del territorio palestino ratificando el 90% de las concesiones otorgadas por el “Mandato Británico” desde el fin de la Primera Guerra a sionistas inmigrantes. Asumieron el control absoluto de la infraestructura productiva primaria, industrial y comercial; la economía en todos sus aspectos; la infraestructura vial, los puertos, el comercio de importación y exportación terrestre, aérea, marítima; la educación, la salud, los servicios de agua, electricidad, información, comunicación. La vida misma de los palestinos. Para esto los medios más eficaces han sido el terror y las sucesivas masacres de limpieza étnica. La que en estos momentos ocurre en Gaza, en Jerusalem y en Cisjordania es parte de esto y de la estrategia global de imposición de un solo gobierno, un solo pueblo: el de Sión.

El peligro más allá de Oriente Medio

Llevado al plano de Oriente Medio esto implica alterar el mapa actual posicionando el poderío de Israel como hegemónico en el área. Sus élites quieren compartir las riquezas energéticas y mineras de los países musulmanes balcanizados en igualdad de condiciones con sus socios sionistas anglo-estadounidenses, de la Unión Europea y de la OTAN y seguir monopolizando el comercio de drogas en el área para el resto del mundo.

Desmembrar Medio Oriente es algo que viene acentuándose desde el 2000. Afganistán, Irak, Libia, Siria iniciaron la lista. Le seguirán Arabia Saudita, Turquía, Líbano, sin importar viejas o renovadas alianzas. Luego, Egipto, Irán, aunque el orden puede variar. Más allá, los países del BRICS, Corea del Norte, los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (Alba) donde están los Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua considerados países “canallas”. Nada que pueda sorprender dentro de las doctrinas guerrero hegemónicas del imperialismo sionista estadounidense; de su “Proyecto para el Nuevo Siglo Americano” (PNAC) de 1997; del Manifiesto sobre “Estrategia, Fuerzas y Recursos para un Nuevo Siglo” del año 2000; y del rol que el sionismo israelí tiene asignado jugar.

En lo que a la matanza en Franja de Gaza se refiere, se trata de una lucha que confronta política con religión, tecnología bélica con fe. La diferencia la establece el número de muertos de uno y otro lado. En palabras del sionista John Kerry, miembro de la secta satánica “Skull and Bones” (Calavera y Huesos), se trata de un "infierno de operación milimétrica dentro del derecho de defensa que le asiste a Israel” (¿?).

Artículo originalmente publicado el 22-07-2014. Durante la masacre judío-sionista, de esa fecha, contra los palestinos de la Franja de Gaza. Duró 50 días. Se “estima” que fueron asesinados más de 3000 civiles palestinos. Cerca de mil eran niños. 

Actualmente, noviembre 2023, la masacre lleva más de un mes y los asesinados suman más de diez mil de los cuales más de tres mil son niños. La “extinción” de palestinos no es una frase. Es una realidad desde hace 107 años, partiendo de 1916. Desde 1948, se han sumado a  este afán los nazi sionistas de la alianza euroestadounidense contando con el aval y el apoyo de eso que llaman Organización de Naciones Unidas (ONU).